Ir al contenido principal

EL TRANVIA DE LA LOMA




Recuerdo vagamente un viaje que hice en el tranvía de La Loma, para ir hasta la estación de Linares-Baeza, partiendo de la estación que estaba situada en lo que hoy es el Parque Vandelvira. Como nunca me pareció que cualquier tiempo pasado fuese mejor, lo recuerdo como un tren lento y cutre, de asientos con listones de madera y estrechos pasillos, en el que se pasaba un frío de muerte. Son imágenes remotas que han vuelto a mi mente mientras echaba un vistazo al programa electoral del PSOE local. En ese programa se habla, de forma muy escueta, de resucitar aquel viejo tranvía, posiblemente para unir las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad.

En estos días se cumple un año de la puesta en marcha del tranvía de Vélez Málaga, ciudad a la que estoy muy vinculado. También el PSOE veleño apostó por este medio de transporte. Une zonas que superan, con mucho, el número de habitantes y visitantes que Úbeda y Baeza pueden tener y sin embargo arrastra, en éste primer año de vida, un déficit de un millón de euros. Gracias a la subvención municipal, el billete cuesta 1’30 euros y a pesar de eso las pérdidas son escandalosas. Todo ello sin olvidar las molestias y los retrasos sufridos en las obras de su implantación, los desvíos económicos en su presupuesto inicial y las reformas que ahora deberán ser acometidas porque el resultado ha sido una chapuza. Entre sus dos estaciones terminales sólo hay 4 kilómetros y ya arrastra unas pérdidas de un millón de euros, en sólo un año. Eso en un trayecto mucho menor que el de unir Úbeda con Baeza. El ayuntamiento de Vélez ha recurrido a la Junta de Andalucía para que le ayude a enjugar esta ruina económica y la Junta ha mirado para otro lado.

No sé si la idea del PSOE de Úbeda tiene algo de nostálgica y romántica, aunque intuyo que es el omnipresente y omnipotente Zarrías el que está detrás de todo esto. Tengo la impresión de que ahora va por ahí vendiendo tranvías, (en Sevilla acaba de empezar a funcionar), para conservar los votos de sus patrocinados de Santana-Linares, que los fabrican en la ciudad antes minera, bajo la supervisión de una empresa vasca.

Aunque dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, creo que nuestros munícipes deberían documentarse sobre los quebrantos económicos que está ocasionando el tranvía allí donde funciona. Si el concejal Clemente se ha convertido ya en “la plañidera del socialismo ubedí” porque nuestro ayuntamiento “está más tieso que la mojama”, que vaya preparando un hermoso pañuelo por si acaso el tranvía de La Loma llega a hacerse una realidad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola paisano, en multitud de ocasiones he oido hablar a mis padres de ese tranvía.

No había oído nada de que este de resucitarlo de nuevo, y la verdad que me parece una idea estupenda.

Actualmente me encuentro en Sevilla y aquí lleva muy poco tiempo funcionando el tranvía.
Si este proyecto sale adelante espero que no le pase lo mismo que al de aquí, que al terce día descarriló. Gracias a Dios no hubo daño personales pero si mucho cachondeo entre la gente, "el tranvía está que se sale"...

Bendiciones hermano :)

Entradas populares de este blog

VIOLENCIA Y PARASITISMO EN LA ESCUELA

Cuando, hace treinta y seis años, yo empecé a trabajar había niños que no asistían a clase. Estaban matriculados, los teníamos en lista pero teníamos asumido que jamás aparecerían por el aula. Sus padres no valoraban la ecuación, no apreciaban el estudio, ni la formación y no los mandaban al colegio. Entonces el no asistir a clase no tenía consecuencias y se quedaban por la calle, cometiendo pequeños delitos o apedreando perros. Luego se impuso la asistencia obligatoria al colegio y no les quedó otra que entrar en las aulas, si no querían ver a sus padres sancionados. Hoy este tipo de alumnado, (también sus padres), sigue sin tener el más mínimo interés por la educación y el estudio, pero acude a clase porque necesita un certificado de asistencia para acceder a cualquier subsidio, ayuda o subvención, que pagamos religiosamente los contribuyentes. Capítulo aparte merecería la actuación de algunos Trabajadores Sociales, que adjudican las ayudas públicas, sin exigir contrapartid...

TOMÁS

Ha muerto Tomás. Tomás era un cazorleño a quien conocí en la mili a finales de la década de los setenta. Cuando me dieron su pueblo por destino volvimos a encontrarnos. Nos veíamos de vez en cuando y charlábamos un rato. Me contó que, tras el campamento, lo destinaron a artillería y allí lo colocaron de pintor. Para él, que jamás había salido de su Cazorla natal, fue una época feliz, seguramente la más feliz de su vida. Tras la mili volvió al pueblo, para cuidar de una madre de la que siempre supe que era octogenaria y enferma. No conoció mujer. A él le hubiera gustado tener una novia y seguramente hijos, pero era tímido, poco echado para adelante y en nuestra época las mujeres no venían a buscarte si no las encontrabas tú. Creo que no fue feliz, salvo con su brocha de artillero. Tomás era jornalero. Trabajaba en la campaña de aceituna y en algún empleo esporádico, barriendo las calles, que el ayuntamiento le proporcionaba muy de tarde en tarde. Era un buen hombre, que no tuv...

VOLVER

  Hace tiempo que me vi sorprendido por la inclusión en un grupo de Whatsapp. Un antiguo compañero lo había creado para convocarme a una quedada (con q que ya somos mayores para otro tipo de grafía). Trataba de juntar a todos los compañeros y compañeras de mi promoción de Magisterio en la especialidad de Francés. Paco, con minuciosidad y paciencia infinitas, fue localizando a todos y cada uno de los integrantes de aquella promoción, ayudado por la cierta facilidad que hoy proporciona Internet y sus redes sociales. Ya se sabe que el que no está en Internet no existe, como me gusta decir a mis alumnos. Al principio tomé la iniciativa con cierto escepticismo. He de reconocerlo. No sabía si Paco sería capaz de ponernos en órbita y en todo caso no tenía muy claro que me apeteciese echar una mirada tan atrás. Conforme los mensajes se fueron sucediendo en el grupo, fui sintiendo una enorme curiosidad por volver a ver a quienes habían sido compañeros y compañeras de años de estudio ...