La dirección de la Agencia Tributaria destituyó la semana pasada a una inspectora de Hacienda de la oficina técnica de grandes contribuyentes. Se trataba de evitar que progresase un expediente sancionador, de muchos millones de euros, contra la cementera CEMEX, que no ha hecho sus deberes fiscales en los últimos años. Parece ser que varios amigos y colaboradores de Montoro son ahora altos directivos de CEMEX y habrían presionado para dejar de pagar todos esos millones de euros. El Gobierno está empeñado, desde hace tiempo, en rebañar dinero de donde sea: pensiones, sueldos públicos, IVA, Educación, Sanidad, Cultura... Lo que queda claro es que a sus amigos, las grandes empresas, los bancos, las grandes fortunas, no les van a hacer pasar por taquilla (hoy por ti, mañana por mí). Ni siquiera les van a aplicar las leyes que aplican al resto de los mortales. Aquí pagamos siempre los mismos: los que tenemos una nómina, sobre todo si somos trabajadores públicos, y los ciudadanos en general, vía reducción de sueldos e impuestos indirectos. Para los demás hay barra libre, pagamos los curritos que formamos parte de la casi extinta clase media... por gilipollas que somos.
Cuando, hace treinta y seis años, yo empecé a trabajar había niños que no asistían a clase. Estaban matriculados, los teníamos en lista pero teníamos asumido que jamás aparecerían por el aula. Sus padres no valoraban la ecuación, no apreciaban el estudio, ni la formación y no los mandaban al colegio. Entonces el no asistir a clase no tenía consecuencias y se quedaban por la calle, cometiendo pequeños delitos o apedreando perros. Luego se impuso la asistencia obligatoria al colegio y no les quedó otra que entrar en las aulas, si no querían ver a sus padres sancionados. Hoy este tipo de alumnado, (también sus padres), sigue sin tener el más mínimo interés por la educación y el estudio, pero acude a clase porque necesita un certificado de asistencia para acceder a cualquier subsidio, ayuda o subvención, que pagamos religiosamente los contribuyentes. Capítulo aparte merecería la actuación de algunos Trabajadores Sociales, que adjudican las ayudas públicas, sin exigir contrapartid...
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