Una amiga de mi hija, que es veterinaria, trabaja ocho horas diarias más guardias cuando le tocan. Gana 150 euros al mes. Le digo a mi hija que quién costea a su amiga, que vive desplazada muy lejos de su casa y me contesta que sus padres. Le hago ver que son condiciones de esclavitud y me dice que lo sabe, pero que su amiga pone dinero a costa de adquirir una experiencia que le piden en cualquier trabajo al que aspire. Una chica, con un título universitario, que es explotada de esa forma por un empresario a mí me parece una humillación, una inmoralidad. Mi hija, (que gracias a Dios tiene un trabajo digno), dice que así están las cosas y que si su amiga deja el trabajo siempre hay alguien esperando para cogerlo, incluso en esas condiciones de esclavitud, todo sea por la experiencia. Supongo que es uno más de los muchos trabajos-basura que hay en nuestro país y que sólo sirven para hacer decrecer las listas de parados. Supongo que ha ido a dar con uno de los empresarios sin moralidad y sin escrúpulos que campan a sus anchas por España, pero también supongo que esas cosas se pueden hacer, que son legales, porque nuestra normativa las permite. La pena (y lo más duro) es que casos como el de la amiga de mi hija conozco algunos más y conozco a gente que trabaja en precario, a tiempo parcial, echando la jornada completa y con salarios que dejan por los suelos la dignidad profesional y la autoestima de una persona. Hoy, en nuestro país, abundan los "minijobs" y entre tres personas suman un sueldo decente. Por eso no se recauda. Si ganas poco o casi nada, ¿cuál va a ser tu contribución al Estado? Mientras estas cosas se permitan España no despegará económicamente, seguiremos siendo un país de camareros, muchos de los cuales cobran en negro y nuestros universitarios serán explotados, por gentes sin escrúpulos, con la complicidad del gobierno y de sus leyes. Podremos ganar medallas en las olimpiadas y meterle 8 goles a Liechtenstein pero eso no es suficiente para sentirse orgulloso de ser español. España tendría que tratar bien a sus ciudadanos. Mientras no lo haga, resulta imposible llevar alta la cabeza.
Hoy es noche de Reyes. Es noche de ilusión, de desvelos, de magia y de larga vela. Es noche de niños y de adultos. Es la noche de los niños que fuimos y de los adultos que, desde la barrera, vemos disfrutar a los protagonistas de hoy. Un caballo de cartón, mi primera bicicleta y un fuerte apache vuelven hoy a mi memoria, como si aquello hubiese sucedido ayer. La vida pasa implacable y en este cuerpo de hombre entrado en años sigue habitando el alma de aquel niño que nunca he querido dejar de ser. Hoy es noche de Reyes y volveremos a dejar nuestros zapatos junto al balcón y la copita de anís para Sus Majestades, como lo hicimos cuando éramos fieles a la magia y ajenos al consumismo de Amazon o de un Corte Inglés que nos cogía muy lejos. Que esta noche Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente dejen en vuestros zapatos la ilusión por la vida y el amor por la gente. Que inunden vuestros balcones de trabajo y de salud y que volvamos a escribirles la carta, el año que viene
Comentarios