Ir al contenido principal

HA MUERTO PEPE MENDOZA


El pasado 1 de marzo fallecía don José Mendoza Corzo. Unos días antes, lo había atropellado un ciclomotor en la Avd. de Cristóbal Cantero y no consiguió superar las heridas causadas por aquel terrible accidente. A punto de cerrar esta edición, no he querido dejar de plasmar en nuestra revista unas líneas de despedida por nuestro amigo Pepe Mendoza. El fue durante muchos años Secretario de nuestra cofradía. Allá por la década de los setenta y principios de los ochenta, desde su oficina de “Hijos de Ildefonso Navarro”, en la Avd. de Ramón y Cajal, Pepe atendía, con solicitud, a cualquier cofrade o a aquel que quisiese ingresar en nuestra hermandad. Fueron muchas las horas de tertulia que, junto a su padre (cofrade ejemplar), pasamos en ese lugar y por aquellos tiempos.

Pepe era mi amigo, era amigo de todos, fue un buen hombre, una excelente persona que, en ocasiones, bordeaba la ingenuidad. Se cuidaba, era profundo amante de la naturaleza y “estaba hecho un chaval”. Hubiese podido hacerse muy viejo pero el destino lo esperaba al borde de un problemático paso de peatones.

Desde hace años no vestía la túnica pero, cada Jueves Santo, nos acompañaba antes de salir la procesión y nos lo encontrábamos en cada rincón de nuestro recorrido procesional. Es de justicia concederle un papel importante en la cofradía y reconocer que ha dejado un hueco que no va a llenar nadie. Era una persona entrañable e irrepetible.

El fue quien, en 1975, me dio de alta en la cofradía y, paradojas de la vida, hace unos días, como Secretario que soy de la hermandad, no me quedó otro remedio que dar de baja a mi amigo del fichero de cofrades en activo. Lo hice con una inmensa tristeza y pensando que un día, no sabemos si cercano, alguien hará conmigo lo mismo. Cuando ese momento llegue estoy seguro de que me encontraré con Pepe Mendoza en el Huerto eterno del más allá. Descansa en paz amigo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS CARTELES DEL “PLAN E”

El pasado mes de enero Zapatero presentaba, a bombo y platillo, su “Plan Español de Estímulo de la Economía y el Empleo” al que, para abreviar, el Gobierno ha denominado “Plan E”. Con él se dotaba a los ayuntamientos de unas partidas económicas de carácter extraordinario, en razón a su número de habitantes, para realizar obras en los pueblos y ciudades de España, a la vez que se pretendía aprovechar estos fondos para crear empleo. Yo al “Plan E” siempre le concedí el beneficio de la duda ya que, si bien es cierto que gracias a él van a acometerse muchas obras que seguramente de otra manera no se harían, no es menos cierto que el empleo a crear será escaso y durará muy poco en el tiempo, lo cual no deja de ser pan para hoy y hambre para mañana. Hoy en día, con la mayoría de esas obras en marcha y vistas las empresas a las que dichas obras han sido adjudicadas, estoy convencido de que el famoso plan no es más que otro conejo que el ilusionista ZP se saca de su concurrida chistera como me

NOCHE DE REYES

Hoy es noche de Reyes. Es noche de ilusión, de desvelos, de magia y de larga vela. Es noche de niños y de adultos. Es la noche de los niños que fuimos y de los adultos que, desde la barrera, vemos disfrutar a los protagonistas de hoy. Un caballo de cartón, mi primera bicicleta y un fuerte apache vuelven hoy a mi memoria, como si aquello hubiese sucedido ayer. La vida pasa implacable y en este cuerpo de hombre entrado en años sigue habitando el alma de aquel niño que nunca he querido dejar de ser. Hoy es noche de Reyes y volveremos a dejar nuestros zapatos junto al balcón y la copita de anís para Sus Majestades, como lo hicimos cuando éramos fieles a la magia y ajenos al consumismo de Amazon o de un Corte Inglés que nos cogía muy lejos. Que esta noche Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente dejen en vuestros zapatos la ilusión por la vida y el amor por la gente. Que inunden vuestros balcones de trabajo y de salud y que volvamos a escribirles la carta, el año que viene

TOMÁS

Ha muerto Tomás. Tomás era un cazorleño a quien conocí en la mili a finales de la década de los setenta. Cuando me dieron su pueblo por destino volvimos a encontrarnos. Nos veíamos de vez en cuando y charlábamos un rato. Me contó que, tras el campamento, lo destinaron a artillería y allí lo colocaron de pintor. Para él, que jamás había salido de su Cazorla natal, fue una época feliz, seguramente la más feliz de su vida. Tras la mili volvió al pueblo, para cuidar de una madre de la que siempre supe que era octogenaria y enferma. No conoció mujer. A él le hubiera gustado tener una novia y seguramente hijos, pero era tímido, poco echado para adelante y en nuestra época las mujeres no venían a buscarte si no las encontrabas tú. Creo que no fue feliz, salvo con su brocha de artillero. Tomás era jornalero. Trabajaba en la campaña de aceituna y en algún empleo esporádico, barriendo las calles, que el ayuntamiento le proporcionaba muy de tarde en tarde. Era un buen hombre, que no tuv