Hace unas semanas pasó por Úbeda el gurú de la política andaluza para apagar el fuego que un grupo de disidentes del PSOE local había prendido en la sede de la calle San Cristóbal. Últimamente, siempre que viene por aquí, aprovecha Zarrías para sacar el tema de la Academia de la Guardia Civil. La verdad es que, si llega a cuajar, los socialistas podrían sacar una importante rentabilidad política en la ciudad. Contó que se había formado una comisión a la que he dado en bautizar con el nombre de “Comisión de Juan Palomo” (ya saben el refrán…). Decía Zarrías que se trataba de una comisión tripartita, formada por miembros de la Junta de Andalucía, el gobierno central y la Diputación Provincial. Como político de este último ente, don Marcelino Sánchez era uno de los componentes de la comisión. Normal. Para don Marcelino cualquier forma de promoción va a ser poca de cara a las elecciones municipales…
A lo que vamos: a mi me olió aquello a cuerno quemado porque no sólo la comisión es unilateral, todos sus integrantes viven de las mismas siglas políticas (de ahí lo de Juan Palomo), sino que no se ha tenido en cuenta a los ubetenses, a través de su ayuntamiento, que creo yo tiene bastante que decir y mucho más que hacer en este tema. Para empezar la propuesta del Ministerio del Interior pasa por adecuar las obsoletas instalaciones, una vez se haga caja con la venta de los terrenos de la Academia que no se utilizarían. Se trata de una operación inmobiliaria en toda regla, a la que supongo tendría que dar el visto bueno el ayuntamiento de la ciudad, modificando la calificación de los terrenos, para que el coste fuese cero para el Ministerio. Craso error el de ignorar al ayuntamiento ubetense, aunque también puede ser una estrategia para señalar a un culpable si la operación resulta fallida.
Hay otra venta que me resulta más difícil de encajar que la anterior. Nos están intentando vender la imagen del PSOE local como resucitador de una Academia que lleva años muerta y enterrada, cuando en realidad fue la estrechez mental de los políticos socialistas locales la causa de que, en lugar de ampliar las instalaciones de Úbeda, se llevaran el centro formativo a Baeza. Si son los socialistas quienes ejercen su influencia para devolvernos las aulas del benemérito cuerpo, no están haciendo nada que no deban. Simplemente están saldando una deuda que tenían pendiente con la ciudad desde hace muchos años. Eso sí… no van al saldarla al completo porque sólo nos traerán unas migajas. Aquí vendrá un puñado de suboficiales, algo nada comparable con los miles de guardias que se pasean por las calles de nuestra vecina Baeza.
Con estas y otras milongas los políticos siguen intentando “vendernos la moto” en período preelectoral. No cuela. Prometo que de aquí a las elecciones iré desliando, a través de las ondas y de este blog, todas las patrañas que intenten colarnos estos encantadores de serpientes (si es que todavía queda alguna serpiente…).
Ver a los políticos con el culo al aire me sigue produciendo cierto morbo.
El pasado mes de enero Zapatero presentaba, a bombo y platillo, su “Plan Español de Estímulo de la Economía y el Empleo” al que, para abreviar, el Gobierno ha denominado “Plan E”. Con él se dotaba a los ayuntamientos de unas partidas económicas de carácter extraordinario, en razón a su número de habitantes, para realizar obras en los pueblos y ciudades de España, a la vez que se pretendía aprovechar estos fondos para crear empleo. Yo al “Plan E” siempre le concedí el beneficio de la duda ya que, si bien es cierto que gracias a él van a acometerse muchas obras que seguramente de otra manera no se harían, no es menos cierto que el empleo a crear será escaso y durará muy poco en el tiempo, lo cual no deja de ser pan para hoy y hambre para mañana. Hoy en día, con la mayoría de esas obras en marcha y vistas las empresas a las que dichas obras han sido adjudicadas, estoy convencido de que el famoso plan no es más que otro conejo que el ilusionista ZP se saca de su concurrida chistera como me
Comentarios
Que ya se anunció, recuerde, que debía ser seria la cosa para apostar en público por la misma el señor Zarrías (o sea, dándole máxima credibilidad), y sin embargo algunos nos andábamos con las orejillas alzadas ante la posibilidad, cada vez más cierta, de que solo se tratase de una maniobra de diversión propagandística, oportuna para las próximas elecciones locales. El traer a mano eso de una "comisión", ya se sabe por la rancia doctrina marxista que es cosa de marear la perdiz sólamente.