
Hace tiempo que los medios de comunicación anunciaron, con gran regocijo, que Jaén ya tiene aeropuerto. El pasado fin de semana me decidí a viajar hasta ese aeródromo para comprobar in situ cómo Jaén continúa imparable.
Partí desde mi casa, en pleno corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Ir desde Cazorla hasta Úbeda no suele ser un problema siempre y cuando tu vehículo no sufra una avería o un pinchazo, ya que la carretera no tiene arcén. Desde Úbeda hasta Jaén es otra historia. Dejando a un lado las obras que nunca concluyen, he de decir que se trata de una vía obsoleta, con un trazado muy antiguo y que soporta un volumen de tráfico que sobrepasa con mucho su idoneidad. No me extiendo comentando el calvario que suponen los tractores en época de recolección de la aceituna. Simplemente decir que rompen los nervios del más templado.
Al llegar a Jaén pregunto por nuestro aeropuerto. Mi interlocutor me mira, entre sorprendido y cabreado y me dice que tengo que ir a Granada. No me fío de él y pregunto a un camionero. El hombre me lo confirma.
Navegar por la A-44, a su paso por nuestra provincia, es toda una aventura. El estado de su firme es deplorable y el coche va dando saltos entre badenes y baches cual velero que sortea el oleaje. Una vez que la evidencia es manifiesta, un cartel anuncia que el firme está ondulado en quince kilómetros. Cada quince kilómetros existe uno de esos carteles.
Tras casi ciento noventa kilómetros y dos horas de viaje, diviso la señal de “Aeropuerto”. Descubro que me han vuelto a timar y decido continuar hacia Málaga, mientras miro con displicencia el aterrizaje de un pequeño avión y recuerdo que fue Zarrías quien me vendió la moto. Omito lo que en aquel momento solté por la boca. Este Zarrías se viene los viernes a hacerle el planning a Carmen Puri, a comprobar que aquí están prietas las filas, a sacar pecho y a poner alguna primera piedra. La penúltima que puso fue la de la variante de Mancha Real. Mandó cortar los olivos pero se olvidó de que había que hacer una carretera. Hoy esos olivos vuelven a gozar de una excelente salud. Otra piedra es la de la variante de Baeza. Una obra que durará casi tres años. De Úbeda a Jaén hay tramos de autovía en proceso de estudio, de licitación, licitados y otros cuyo Ingeniero de Caminos acaba de terminar 4º de la E.S.O. pero aquí no hay que trabajarse los votos, tenemos lo que nos hemos buscado. Jaén es el cortijo de don Gaspar y no importan las últimas piedras sino las primeras. ¿Qué se puede esperar de un tipo, sin oficio ni beneficio, que lleva toda su vida viviendo de la política?
El PSOE gobierna, desde tiempo inmemorial, la Junta y en Jaén no tenemos una carretera en condiciones. Las que se van a construir deberían llevar años terminadas y Zarrías sigue ahí, quitando y poniendo alcaldes y vendiéndonos que Andalucía y Jaén son imparables. ¿Lo serán marcha adelante o marcha atrás?
Comentarios
No tenías que haberte molestado en coger el coche. Si te hubieras esperado un tiempo podías haber hecho el trayecto, primero en tranvía hasta Linares-Baeza y luego en tren hasta el aeropuerto.
Con respecto a las ondulaciones del firme, efectivamente, más que a aterrizar al aeropuerto, parece que vas a atracar a un puerto.
¿Y notaste la diferencia que hay entre el firme de la autovía que discurre por Jaén y la que discurre por Granada?.
La política de Zarrías, a través de sus medios afines, es vendernos desde hace años que Jaén no va en el vagón de cola, y ha resultado que hasta nos lo hemos creído más de una vez. Aunque aquí la culpa no es del tren, es del maquinista.
Saludos.