Este año el Festival Internacional de Música y Danza “Ciudad de Úbeda” está dedicado a los músicos de Alemania, país que ha sido cuna de la historia de la música. También se recordará a dos compositores excepcionales: Tomás Luis de Victoria, el músico más importante de la polifonía renacentista española, en el cuatrocientos aniversario de su muerte y al húngaro Franz Liszt, del que se cumplen doscientos años de su nacimiento.
La asociación ubetense “Amigos de la Música” colabora actualmente con la embajada de Alemania en nuestro país, al objeto de programar diversas actividades. Igualmente, y por primera vez en España, ha programado la Feria Profesional de Jóvenes Intérpretes, con la finalidad de poner en contacto a los dos sectores de la contratación musical: el sector empresarial (directores de teatros, gerentes de orquestas, directores de festivales, programadores de Ayuntamientos, etc.) y los jóvenes valores de la música. Esta experiencia va a ser pionera en nuestro país y se celebrará, junto con una feria de la cerveza alemana, salpicada por una serie de actuaciones.
El Festival de Música y Danza de nuestra ciudad goza de un prestigio internacional que pone a Úbeda, durante muchos días al año, en la primera fila de la actualidad mundial, al traer a nuestra ciudad figuras de primer orden que llenan auditorios, hoteles, restaurantes y que suponen una enorme inyección económica, independientemente del éxito artístico y de público que siempre está asegurado.
A pesar de todos esos valores culturales y económicos, la asociación “Amigos de la Música” ha recibido recientemente una comunicación oficial, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que dirige Paulino Plata, en la que se les informa de que, en esta edición, el Festival no contará con un solo euro procedente de esta Consejería. Tampoco aportará ninguna orquesta andaluza, como sí ha hecho en años anteriores. Sin entrar en juicios de valor en cuanto a la calidad de los eventos, hay que decir que la Consejería de Cultura tiene previsto subvencionar actividades que ni de lejos suponen el movimiento económico y cultural generado por nuestro Festival.
El malestar, por este motivo, es enorme no solamente en el seno de esta asociación cultural, sino entre muchos ubetenses que, una vez más, ven a nuestra ciudad relegada y maltratada por la Junta de Andalucía.
Es de esperar que las autoridades andaluzas reflexionen sobre esta inicial metedura de pata y que el Festival vuelva a brillar con luz propia, ayudado por los fondos públicos autonómicos que los contribuyentes ubetenses pagan.
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