Ir al contenido principal

¿A MÍ QUÉ ME IMPORTA?



He entrado en el bar, a tomarme una manzanilla, porque tenía el estómago un poco revuelto. Me he apoyado en la barra y mientras me la servían he visto quejarse de su desgracia a una mujer. Su expresión lánguida denotaba cierta tristeza, casi abatimiento. El hombre que estaba a su lado se interesaba por sus problemas. Creo que era un interés insano. Ella se desahogaba contándole sus desgracias y él fingía consolarla. Otro hombre la miraba con atención, mientras desvelaba íntimas cuestiones, y una mujer gesticulaba y hacía muecas de desaprobación. El volumen del televisor estaba apagado y los subtítulos decían que su marido la había destrozado anímicamente, que sólo le había dejado deudas y cuatro hijos. En el bar un televisor encendido y sin volumen parece que hace compañía, pero lo cierto es que nadie lo miraba. Unos jugaban a las cartas, otros charlaban y otros leían la prensa y aquella mujer seguía desgranando sus ruinas en forma de subtítulos televisivos. Yo he pensado que seguramente lo hacía porque le pagaban por ello. Alguien con un mínimo de decencia no contaría ciertas cosas íntimas ni por dinero, pero es cierto que existe gente sin moral y con la ética justa como para ser capaz de hacer cualquier cosa cuando la acosan los bancos. Yo miraba el televisor, intentando adivinar lo que contaba la mujer del famoso hermano de una famosa, mientras pensaba en lo poco o nada que me importaba lo que aquella mujer estuviera contando. Tampoco alcanzaba a comprender que pudieran interesarle a alguien los trapos sucios de una mujer con la que jamás cruzaremos palabra. Luego me ha venido a la mente el sonido de las mirillas, que giran descontroladas cuando sales del ascensor en un bloque de vecinos. He llegado a la conclusión de que España es un país de chismosos y de incultos, que prefieren perder el tiempo tras una mirilla o ante la “telebasura”. Me he quedado más tranquilo cuando la camarera me ha puesto la manzanilla y he bajado a la realidad: a mí aquello me parecía esperpéntico y humillante. Humillante no sólo para quien cobra por contarlo, sino para toda esa gente que mantiene los televisivos niveles de audiencia por el morbo de escuchar la ruina moral de gente a la que ni siquiera conoce y cuya vida no tiene ningún tipo de interés.

Comentarios

Entradas populares de este blog

DICEN QUE LA DISTANCIA ES EL OLVIDO

Cuando el Presidente Obama telefoneó a Zapatero para informarlo de que España llevaba tiempo dando la nota en los mercados financieros internacionales y para comunicarle las medidas de reducción del gasto que debía adoptar, si no quería sacar a nuestro país del euro y hundirlo en el fango de la ruina económica, yo ya me temí lo peor. Pensé en que seguramente se acordaría de los funcionarios, “que ganamos mucho y trabajamos poco”, pero eso no me importó demasiado porque los funcionarios llevamos varios lustros perdiendo poder adquisitivo de manera escandalosa y ya estamos acostumbrados a que la Hacienda Pública asalte nuestra cartera con el descaro de quien sabe que nuestra nómina es fija y además transparente, con lo que desvalijarla con cierta periodicidad se ha convertido ya en toda una rutina. No se me pasó por la cabeza que el socialismo gobernante se atreviese con la exigua cartilla de los pobres pensionistas, porque estoy convencido de que quienes han dado una parte de su vida en...

CUADRITOS AMARILLOS

Me ha dicho la madre de un alumno que su hijo no tiene que hacer deberes en casa, por la tarde, y que tampoco tiene que estudiar. Dice que los niños lo que tienen que hacer es estar en la calle y jugar con otros niños, durante toda la tarde porque ella, además, no puede estar pendiente de él para asesorarlo o simplemente para conseguir que se siente, durante una hora, delante de un cuaderno o de un libro. A pesar de lo dicho, a ella no se le conoce trabajo fuera de la casa. Como me lo ha dicho en un tono agresivo y amenazador, yo sólo le he contestado: “muy bien, usted es la experta”. A base de recibir palos, he aprendido a no contradecir a este tipo de madres porque, además de perder el tiempo, uno se expone a un insulto, a una denuncia, a un empujón o a un guantazo. Además la Consejería de Educación no deja claro si los niños deben hacer deberes en casa. Hay un cierto vacío legal, que recomienda que no se manden deberes aunque, por otro lado, la Consejería vende a bajo precio, tres...

TREINTA AÑOS DE FIDELIDAD

Han sido treinta años de relación que ahora, desafortunadamente, acaban de concluir. La fidelidad siempre presidió esa relación, aunque he de reconocer que, como humano que es uno, alguna vez sentí la tentación de pecar, de echar una cana al aire, de cambiar de pareja, de probar nuevas sensaciones, de explorar otros mundos. Más que la honestidad, fue el hecho de evitarme una sensación de mala conciencia, el que me alejó de posibles aventuras y, aunque llegué a flaquear, jamás me atreví a hacerlo con alguien diferente. También estaba el miedo al hecho de que yo siempre tuve la certeza de que me descubriría, porque esas cosas se notan demasiado y es muy complicado mantenerlas ocultas. Ya me advirtió que lo nuestro estaba tocando a su fin, que no podía alargarse más, que no se sostenía, pero yo nunca quise creer que así fuera, por lo que cuando la ruptura se ha consumado, el impacto ha sido mayor, aunque de todo sale uno. Treinta años de fidelidad también me han enseñado que atarse ...