He estado viendo, en directo, la rueda de prensa de los candidatos a la secretaría general del PSOE. Ha sido una rueda de prensa, porque el debate no ha existido. Cada cual ha soltado su rollo, previamente cocinado, y no ha interactuado con los otros rivales. Los tres candidatos han demostrado que son compañeros de partido y no se han querido hacer sangre. Sólo se ha visto guante blanco.
Al terminar la puesta en escena me he sentido orgulloso de tener tres compatriotas con tan buenos principios, con tan limpias intenciones y con la firme decisión de tratar de recuperar los derechos perdidos en los últimos años (ya va a ser complicado). De buena gana les hubiera dado a cada uno un abrazo y un beso, aunque me hubiera pensado si hacerlo con Madina, contaminado por su complicidad con Zapatero, aunque ahora intente desmarcarse de su reciente pasado.
Terminado el acto he bajado a la cruda realidad y he recordado, con enorme desazón, que quienes se situaban tras los atriles eran tres políticos (dos de ellos profesionales) y que estos tienen como principal atributo el de saber mentir con descaro. Total que de lo dicho nada, que todo ha vuelto a ser una tomadura de pelo para conseguir colocarse y que esto lo arreglamos los ciudadanos o no lo arregla nadie.
Ninguno me ha convencido pero el que más me ha gustado ha sido Pérez Tapias. Claro que no deja de ser un político.
Comentarios