Hoy se celebra el Día de la Hispanidad. Ha habido manifestaciones a favor, en contra y en contra de los que están a favor (también a favor de los que están en contra). Unos sacan a pasear la bandera y otros la ven como un símbolo del pasado. Hay quienes sienten pasión por ella y otros que la queman. Para mí la bandera de España es mi bandera, porque así lo establece la Constitución del 78, en la que creo. También mi bandera es la andaluza, porque nuestro Estatuto de Autonomía lo dice así. Me siento profundamente andaluz, canto con orgullo el himno de Andalucía y lo enseño a mis alumnos, porque ése sí tiene letra. Tengo dos banderas, porque así lo establecen las leyes en las que creo, pero no muero ni siento pasión por ninguna. Son símbolos de mi tierra y como tal las veo. No las enarbolo en contra de nadie, ni soy de banderas más que nadie.
Creo que los que celebran este día tienen el mismo derecho a hacerlo que quienes no sienten nada por el 12 de octubre, pero me gustaría que todo se hiciera sin rencor y con respeto. Soy una persona tolerante y respetuosa y me parece bien que cada cual defienda lo que quiera, respetando siempre la libertad, la democracia y los derechos de las personas.
No, no soy un tibio. Soy una persona de firmes convicciones democráticas, incluso desde antes de que esa palabra se popularizase en nuestro país. Lo que no soporto es la intolerancia, de unos y de otros, ni me gustan los enfrentamientos viscerales, consecuencia del cainismo imperante en nuestro país.
Que cada cual celebre hoy lo que quiera, que lo hagan los que están a favor, los que están en contra y los que están en contra de los que están a favor, pero que lo hagan con respeto a los demás, porque todas las ideas que caben dentro de nuestra Constitución son respetables.
Creo que los que celebran este día tienen el mismo derecho a hacerlo que quienes no sienten nada por el 12 de octubre, pero me gustaría que todo se hiciera sin rencor y con respeto. Soy una persona tolerante y respetuosa y me parece bien que cada cual defienda lo que quiera, respetando siempre la libertad, la democracia y los derechos de las personas.
No, no soy un tibio. Soy una persona de firmes convicciones democráticas, incluso desde antes de que esa palabra se popularizase en nuestro país. Lo que no soporto es la intolerancia, de unos y de otros, ni me gustan los enfrentamientos viscerales, consecuencia del cainismo imperante en nuestro país.
Que cada cual celebre hoy lo que quiera, que lo hagan los que están a favor, los que están en contra y los que están en contra de los que están a favor, pero que lo hagan con respeto a los demás, porque todas las ideas que caben dentro de nuestra Constitución son respetables.
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