Me he enterado de que la Delegada Provincial de Cultura es trabajadora social, aunque ahora viva del cuento, porque es un cuento el que nos ha largado a los ubetenses, con declaraciones en las que se refiere a la reinvención de la iglesia de Santa María y a las reivindicaciones, según ella “ligeras y frívolas”, de la Cofradía de Jesús Nazareno, sobre su capilla. Yo, que de política no entiendo nada, siempre me he preguntado cómo se reparten los cargos políticos en los gobiernos. Me imagino las sedes de los partidos políticos, tras las elecciones, como un Patio de Monipodio donde unos y otras van sacando las facturas que el partido les debe, hasta comprobar quién es el que suma más. Así le encuentro explicación a que un maestro “presida” Agricultura, un auxiliar de farmacia, Medio Ambiente y una trabajadora social, Cultura. Eso sólo por poner algunos ejemplos. Yo, que soy más cuadriculado que todo eso, sigo pensando que cada cual debe hacer lo que mejor sepa y aquello para lo que esté preparado pero resulta evidente que, en política, las cosas siguen funcionando “con el culo”.
Lo último que ha dicho la señora Company es que “en la Capilla de Jesús se han aplicado los mismos criterios que en el resto del templo, surgidos de los mejores y más cualificados especialistas, avalados por su trayectoria profesional en rehabilitación”. Después de eso ni siquiera ha pensado en presentar la dimisión.
Resulta que lo único que quieren los cofrades de Jesús es que les devuelvan su capilla como ellos la dejaron en 1983, cuando la iglesia se cerró al culto, es decir: enfoscada y blanqueada, con el baldaquino sin deteriorar, con el mármol morado, como el que había, y con un ganchito en la bóveda para poder colgar una lámpara. Estos nazarenos de Úbeda son pobres hasta para pedir porque los de Jaén han pillado de la Junta medio millón de euros, para pagar los retablos del Camarín de Jesús y la restauración de los cuadros de ese Camarín corre por cuenta de Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Con estos “detallitos” y alguno más, queda patente el interés que la Junta de Andalucía tiene por Úbeda. “Cero patatero”.
Tengo la impresión de que estas modestas peticiones de los cofrades morados van a empezar a despertar las conciencias de los ubetenses sobre un tema del que el mayor experto que existe sobre esta iglesia, don Antonio Almagro, ya venía advirtiéndonos desde hace años: en Santa María se realizó una rápida destrucción y una lenta y costosa reinvención, cuyo alto importe económico no justifica las barbaridades cometidas. De dicho importe se tiraron a la basura bastantes millones, con la desafortunada intervención que sufrió el templo en el año 1986 por parte de uno de esos “cualificados especialistas, avalados por su trayectoria profesional en rehabilitación”.
Aunque la Delegada de Cultura frivolice sobre estas reclamaciones, alguien ha empezado a ponerse nervioso, aunque sólo sea por el tema de los votos, pensando en que puede generarse un movimiento cívico, más o menos articulado, en torno a este asunto. Las cofradías tienen mucho peso en Úbeda y “Jesús es Jesús”.
Hace tiempo que me vi sorprendido por la inclusión en un grupo de Whatsapp. Un antiguo compañero lo había creado para convocarme a una quedada (con q que ya somos mayores para otro tipo de grafía). Trataba de juntar a todos los compañeros y compañeras de mi promoción de Magisterio en la especialidad de Francés. Paco, con minuciosidad y paciencia infinitas, fue localizando a todos y cada uno de los integrantes de aquella promoción, ayudado por la cierta facilidad que hoy proporciona Internet y sus redes sociales. Ya se sabe que el que no está en Internet no existe, como me gusta decir a mis alumnos. Al principio tomé la iniciativa con cierto escepticismo. He de reconocerlo. No sabía si Paco sería capaz de ponernos en órbita y en todo caso no tenía muy claro que me apeteciese echar una mirada tan atrás. Conforme los mensajes se fueron sucediendo en el grupo, fui sintiendo una enorme curiosidad por volver a ver a quienes habían sido compañeros y compañeras de años de estudio ...
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